¿Recuerdas la última vez, en que tu y otra persona estaban en total sintonía?. Tal vez, un novio, amigo, familiar, compañero de trabajo, etc., o sencillamente, alguien a quien acababas de conocer por casualidad. Es muy probable, que descubrieras afinidad de pensamientos, coincidencia de opiniones, gustos, creencias, valores, incluso, tono de voz o patrones de respiración, similares. Esta afinidad o coincidencia, evidentemente, nos atrae, nos hace sentir bien, creando las condiciones idóneas, para establecer relaciones, definidas como la forma de conexión, comunicación e interacción, entre los seres humanos. En definitiva, somos seres sociales y por ello, la necesidad de relacionarnos con personas, que si bien se parezcan a uno, al mismo tiempo, tengan su propia personalidad.

Sin embargo: ¿Qué ocurre cuando en la relación, una persona se sujeta emocional, psicológica, económica y físicamente a la otra persona, al extremo de perder su propia personalidad y capacidad de gestionar sus decisiones?  estamos en presencia de una DEPENDIENCIA  EMOCIONAL, cuyo síntoma se manifiesta, por la incapacidad de participar positivamente en la relación, convirtiéndola en tóxica.

El dependiente, presenta un intenso miedo al abandono y su vida gira en torno al otro. Existe una falta de identidad propia, en la que percibe, que no tiene el control de su vida. Necesita que la otra persona le proporcione la seguridad, confianza, amor, afecto, protección, apoyo, estabilidad, etc.,  que se cree incapaz de auto-gestionar.

Las razones, pueden ser de diversa índole, desde la  instalación a nivel inconsciente, de creencias limitantes, que actúan como filtros que distorsionan la realidad, ejemplos de creencias: “Yo no valgo nada”, “no soy suficiente”, “soy inútil”, “soy una víctima”, “no me lo merezco”, etc., que impactan en la valoración o en el juicio propio (Autoestima), algunos miedos como, a quedarse solo y a la incertidumbre, y, experiencias traumáticas, también pueden estar vinculadas al supuesto en concreto.

La Programación Neurolingüística aborda este tema, como metodología que estudia la estructura del pensamiento y la forma en que operamos en el mundo, basado en el diagnóstico de las experiencias, creencias y valores, que van delineando nuestra propia interpretación de la realidad, apuntando a un modelo de excelencia, a partir del reconocimiento de recursos, capacidades y conductas, que nos hacen más efectivos en la interacción con nosotros mismos y el entorno, a través, de la aplicación de una serie de técnicas y dinámicas, destinadas para tal fin.

Entre las técnicas, existe una específica, para el corte de Co – dependencia, la cual, se desarrolla en sesiones individuales con el Coach o Facilitador, cuyo objetivo es generar un mayor nivel de independencia emocional, mediante el desarrollo de una sensación interna (de sí mismo) que contenga las cualidades o sensaciones que posee la persona de la cual, se considera dependiente emocional (pareja, ex pareja, padres, hermanos, tios, amigos, etc.) de manera, que no tenga que buscar desesperadamente, la verificación externa.

La técnica permite:

1. La toma de conciencia sobre la responsabilidad y el poder interno, de proporcionarse todo lo que desea de la otra persona (ya que cuenta consigo mismo).

2. El Auto conocimiento.

3. La Auto valoración.

4. Elevar la autoestima.

5. Adquirir conductas funcionales.

6. Controlar las ideas racionales de sí mismo, que son capaces de limitarlo como persona y en la forma de establecer relaciones con los otros, cambiándola por ideas más efectivas para los fines propuestos, y así crear una interpretación más adecuada de los pensamientos con miras hacia un objetivo específico.

Los resultados de la aplicación de la técnica, en las sesiones con el Facilitador o Coach son asombrosos, a medida que opera el cambio de percepción del cliente, en relación a las capacidades y conductas propias, que a partir de ese momento, ejecutará en su vida y que lo harán concebirse, como un ser individual e independiente emocional y funcionalmente.

La técnica de PNL, implica un proceso de aprendizaje (Desaprender-Reaprender) para el cual, debe existir la apertura del cliente, es una decisión eminentemente personal, con miras a lograr un cambio de enfoque, de percepción de sí mismo y su posición frente a la relación. Los cambios son individuales, no podemos pretender que el otro cambie, el trabajo empieza por nosotros, pero, cuando lo logramos, todo alrededor cambia, porque se percibe de una forma diferente, mas consciente, positiva y ecológica.

@cambiodezapatos

por Silvia Contreras

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