La metáfora del Turista-Vigía- Capitán

Hay varias formas de disfrutar del mar …

Como turista. ¿Quién es el turista?, es aquél que se encuentra en la playa, acostado en una tumbona, con una piña colada en la mano. Está muy cómodo, le agrada el paisaje, pero no se atreve a levantarse. El turista, en el fondo, lo que más desea es lanzarse al mar y navegar, pero le teme a la incertidumbre y a la responsabilidad de lo que implica asumir el riesgo. El turista, plantea excusas ante la posibilidad de emprender la travesía: ¿y sí hay mal tiempo? ¿habrá tiburones? ¿y sí el bote termina encallado? ¿y sí me pierdo en la ruta? ¿y sí me quedo sin provisiones?. En ese sentido, se resigna a quedarse en tierra firme, en el resort todo incluido.  Piensa, siente y se comporta, desde el miedo a lo peor que puede pasar, entonces, continua su estadía en esta vida, como el turista que cree que ha comprado un plan todo incluido y si el plan no satisface sus expectativas, lo único que le queda es quejarse, atribuyéndole la culpa al resort, por el mal servicio.  

Como vigía. ¿Quién es el vigía? Él se encuentra en la orilla de la playa, mirando al horizonte con los binoculares, sin duda, puede ver más allá que el turista. Ante la posibilidad de emprender la travesía, dice frases como estas: Sé para dónde quiero ir, necesito acumular horas de navegación para convertirme en un capitán, analizaré la mejor ruta, necesito ubicar las provisiones, me guiaré con la brújula,  etc.,  Sin embargo, no lo hace, no acciona, evalúa la situación, la reconoce, sabe que necesita cambiar, pero, no lo hace. Finalmente, el vigía se queda varado, inmóvil a la orilla de la playa, viendo como le pasa la vida a través del lente de largo alcance.  

Como capitán ¿Quién es el Capitán?  Definitivamente es el que emprende la travesía y se embarca en la aventura de conducir el timón hacia su destino. Analiza el horizonte, evalúa las distintas rutas, reconoce todos los recursos con los que cuenta, se pone al mando y actúa conforme a ello. El capitán decide meterse al agua, asume la responsabilidad de ser el protagonista de su vida y toma las decisiones pertinentes, ajusta las velas cuando es necesario, se mueve según sus valores, su misión y propósito. No solamente ello, sino que inspira y motiva al resto de la tripulación, a seguir su ejemplo, piensa siente y actúa como un líder.  Dice frases como estas: yo quiero y puedo lograrlo, me lo merezco, soy el capitán de mi destino,  etc., el capitán persigue sus sueños, porque la motivación es más fuerte que su miedo.

Ahora que conoces la metáfora…

En tu estado presente …

¿Con cuál te identificas?

¿Qué estás dispuesto a soltar o cambiar para convertirte en el capitán de tu destino?


@cambiodezapatos

por Silvia Contreras